sábado, 21 de diciembre de 2019

El pájaro de la lágrima azul





    Hoy mi madre cumpliría 70 años, y acaba de salir a la luz un primer libro escrito por mi mano, que he querido dedicarle. 

   Sé que a tantas personas no les llegará, les parecerá aburrido, o lo juzgarán inútil. Y a tantos les pasará desapercibido. Pero a mí me ha servido para atravesar y transformar un momento difícil. Y me basta que a una sola persona pueda servirle leer alguna de sus páginas como a mí me ha servido escribirlo, para que tenga sentido. 

   Este libro no habría sido posible sin la proximidad, el apoyo incondicional y el afecto de dos personas, a quienes deseo recordar aquí. Gracias, Debora y Gina, por vuestra preciosa amistad.  

         Y gracias a también a aquellas personas que lo han leído y me han dado la confianza y el ánimo para sacarlo a la luz: 

    Gràcies, Carles, per la teva disponibilitat, la teva amistat y el teu afecte. Sense la teva confiança no sé si m'hauria atrevit. 

   Gràcies, Isabel, per escoltar-me llegir en veu alta quasi totes les tardes de la meva infantesa, mentre tu cosies i jo evitava fer els deures per poder submergir-me en el món de les paraules i de la imaginació.

   Grazie Fabio per la tua lettura così attenta e i tuoi commenti sempre lucidi e sinceri.

   Gracias Alberto por tu entusiasmo.

   Y a Enrique le agradezco su espíritu crítico y razonable.

   Quiero dar también las gracias a Ezio Bosso, que ha sido una fuente de inspiración importante para este escrito.


     ¡FELICES FIESTAS Y FELIZ NAVIDAD!

jueves, 10 de octubre de 2019

domingo, 29 de septiembre de 2019

Tramonto






Cerchio di silenzio
all'ombra della montagna.

La spiaggia degli alberi
sopra il verde giallastro
come sabbia dorata
inquietante e ignota
di un deserto lontano.

Quiete senza riflesso,
il cielo sotto l'acqua.

jueves, 26 de septiembre de 2019

Libertad


Prefiero un ser humano responsable
que un dios omnipotente,
porque la divinidad se manifiesta
más nítida e intensamente
en un ser humano libre
que en un esclavo de sus ídolos.

Por lo mismo prefiero
a un profano sensible 
y con sentido ético
que a un maestro espiritual
preso de las leyes que dicta 
su propio intelecto.

lunes, 9 de septiembre de 2019

Gotas de lluvia


Es tarde y aún no he escrito una sola línea.
He querido cerrar los ojos, pero el rumor de la lluvia, constante, como un canto silencioso y nocturno, me invita a regresar a la pluma.
Un sueño inmenso se abre: el sueño de la literatura. Recién finalizado el Festival debo asimilar todavía toda esta inmensidad, esta belleza, esta vía enorme e infinita como un gran canal de color blanco que nos trae agua del cielo.
En mi pecho late una luz que no se apaga. Mi mirada se sumerge en un interior rico de imágenes que señalan la trayectoria de una nueva aventura de palabras.
Sueños, tejidos.
No estamos solos cada vez que encontramos el coraje de nominar lo que vemos.
Los humanos tenemos esta libertad: generamos realidades, mundos paralelos, y esas realidades que construimos constituyen lo que llamamos Realidad.
Cambio constante, dinamismo, escucha.
Silencio que habla y nos mantiene en una actitud de espera, que es esperanza.
Lo realmente interior, lo que llamamos divino, es radicalmente abierto. Encuentra su lugar mejor habitable en las calles, los bancos de las plazas, el ágora de la ciudad. El lugar donde todos se encuentran y donde todos inevitablemente cruzan miradas, conscientes de que ningún secreto existe en las almas que no esté destinado a salir a la luz. Y así nos alumbramos las sombras unos a otros, custodiando el secreto que nos mantiene unidos y que señala lo específico de nuestra condición. Porque lo mejor del lenguaje consiste precisamente en lo que no puede ser dicho, aquello que las palabras cercan.
Ese es quizá el mayor milagro del arte y de la literatura: que mientras existan la historia y el tiempo, el secreto seguirá siempre desvelándose, sin llegar a ser nunca desvelado. Hasta que desaparezca el misterio y con él esta condición actual de la existencia.
Eso es humanidad: desvelar y desvelarnos unos a otros hasta quedar completamente desnudos. Y esa desnudez conquistada con sudor, sangre y esfuerzo, no será la desnudez pudorosa e infantil del paraíso. Será la desnudez de una conciencia limpia: inocencia consciente.
Así, nos queda solo aprender a usar cada vez mejor las palabras, en beneficio del otro en que cada uno se reconoce, a pesar de seguir respetando en él todo el espacio “no conocido” que lo habita, todo lo aún por conocer (que no es lo mismo que desconocido)

El gato se sienta frente al cristal de la ventana y la lluvia apaga lentamente su relampagueante sonido. La mente clara, el cuerpo cansado y todavía sediento, una luz en las pupilas y las ganas irrefrenables de volver a colmar los días, de poder perpetuar en ellos este sueño salado y dulce…

viernes, 6 de septiembre de 2019

viernes, 26 de julio de 2019

Oro en el pecho

Todavía no saben
que en el fondo de mi pecho
hay una mina de oro.

Si lo supieran
no me tratarían así.

Pero es precisamente ese
el motivo por el cual
yo lo escondo.

Porque si lo supieran
mi oro se fundiría
como los glaciares
con el exceso de calor
inundando la tierra,
desbordando los cauces
de sus ríos.

Quizá entonces la tierra
se bañaría de oro
pero sería oro esparcido
y, por lo tanto,
carente de valor.

Sería, seguramente, bonito.
Muchos estarían contentos.
Pero sería un gran error.

Porque el oro que habita
en el centro secreto de mi pecho
solamente puede expandirse
si alguien sabe tirar del hilo.

Solamente da fruto
si permanece escondido
y si alguien con la mirada transparente
llama con golpes suaves y sinceros
a la pequeña puerta que lo alberga.

Entonces sí.

Entonces, si estira del hilo,
brotarán de esa fuente
maravillosos vestidos
con los que vestir
a una humanidad
más digna
que se habrá hecho capaz
de vislumbrar un resplandor dorado
en nuestras miserables pupilas.