viernes, 23 de diciembre de 2022

Navidad 2022

 

Todo calla.

Tras la agitación, todo es silencio.

Las calles, antaño llenas por el tumulto

aparecen vacías y desiertas

¿La tierra duerme?

No, es la llegada de algo nuevo

que nos mantiene expectantes.

Es una quietud que vigila,

un aliento apenas perceptible

que nos acuna.

Sopla la brisa en las copas

desnudas de los árboles.

Y en la mudez de las calles oscuras

estalla la Luz. 


domingo, 18 de diciembre de 2022

Sol de invierno

 

Sentir el aire fresco en la piel 

como caricias de agujas que nos despiertan 

tras el largo letargo.


Duelen las pupilas 

al contacto con el sol. 


Duele la vida y nos abraza 

cuando la abrazamos.











martes, 6 de septiembre de 2022

Felicidad



Hubo un tiempo 

en que me parecía imposible

ser feliz.


Un tiempo sembrado 

de egoísmo

de tristeza,

de oscuridad.


Tenía todo 

y no tenía nada más

que un dolor,

un vacío.


Pero creía que existía algo más,

aunque me parecía imposible. 


Ahora soy inmensamente feliz

porque he sufrido

y sé que también el sufrimiento

se puede abrazar.


Una sola es la fuente

de esta felicidad: 

la certeza, clara, experiencial

de que el Amor existe.  


Estación de Modena

            

         El deseo de infinito es una orden de nuestro cerebro como el hambre o la sed, sólo que la necesidad de satisfacer estos últimos a menudo nos impide reconocer y responder a aquél.

*** 

Somos todos como actores en busca de nuestro papel.

***

    El arte ayuda a las personas no sólo por lo que reciben durante la contemplación de la obra de arte, sino por todo lo que les aporta después: reflexión, conversación, preguntas, una mirada. Sin el arte nuestro mundo simplemente no se sostendría. 

sábado, 30 de julio de 2022

A mamá

Hace siete años que nos dejaste

y tu presencia nos acompaña siempre

en cada nota cantada

en cada palabra escrita.

Nos acompaña en la belleza

de una caricia del viento

de los reflejos del sol

sobre las aguas azules

que tanto has amado...

En estas notas

te veo bailando bajo la luz

blanca del salón

con los ojos encendidos

por la ilusión de vivir.

La luz en el rostro

no te abandonó nunca

y se hizo más intensa 

en los últimos momentos.

Tu sonrisa no perdió su juventud.

Y tus ganas de crear

y de redescubrir el mundo

no pudo apagarlas la enfermedad.

Realizaste tu camino

a modo tuyo

a pesar de tantos obstáculos

tantas dificultades... 

Y esta canción que te acompañaba

a menudo

por las mañanas

junto a la taza de café

nos trae tu recuerdo con más intensidad

que nunca.


https://www.youtube.com/watch?v=hVbnfrIY3tU


viernes, 22 de julio de 2022

Pausa

 

Pasa el tiempo

y las cosas se marchitan.

Olvidamos el motivo

por el que vinimos aquí:

cantar la eternidad en el tiempo

recordar que entre todas las cosas marchitas

existe algo que no muere nunca.

Nos perdemos entre las cosas del mundo

y olvidamos nuestro origen divino,

nuestra dignidad.

En cada uno de nosotros

habita un poeta

capaz de cantar el resplandor de los astros

el olor de la tierra húmeda

el dolor por tantas heridas

la alegría al celebrar la belleza

de lo que simplemente es.

Escucha lo que late en el pecho

la fuente silenciosa de la que mana

tu vida. 

Párate un segundo y recuerda

que lo que parece más inútil

es lo fundamental:

escuchar el rumor del viento

el mecerse de las copas de los árboles

escribir palabras nacidas del sudor

de las entrañas

cantar una canción. 

Recuérdala porque sin ella

tu vida deja de ser Vida

y se convierte en un simple pasar. 

domingo, 19 de junio de 2022

Guided Imaginary in Music



Permanecer en la fuerza
en la luz
en el silencio que nutre
desde la sombra.

Raíz que ilumina
espacio que se abre
mirada que ve.





 

lunes, 30 de mayo de 2022

Parcobaleno

 




Música en las ramas de los árboles
y más allá de las cortezas...

Lágrimas que pintan 
de colores pálidos el cielo.

Sobre las teclas, los dedos.
Bajo la lluvia en las nubes,
los cantos de la primavera.

Un cuervo rompe la calma
y luz de notas solares
la restituye.

Ver en la piedra
el brillo del atardecer.

El grito de un adiós anticipado.
La harmonía quebrada
que vuelve a nacer.



En la sombra oculta
de los resplandores,
la madera susurra en silencio
y se alumbra de cálidas notas
que anuncian un nuevo invierno.

Lentamente se aleja el gran astro
más allá de los rumores.

Hablan las hojas de los sauces, 
revelan secretos
que sólo conoce la noche.







domingo, 1 de mayo de 2022

¡Aranjuez!

 



Silencio de cascada

entre las ramas de los árboles

desnudos.

Tierra que te abres

con perfume de raíces

bajo cantos de pájaro

inefables...

Un lugar sagrado.

Un paraíso.


***


Entro con sigilo 

en el templo de la tierra.

Escribo sobre cortezas de árbol

y el silencio de la brisa

sobre el rostro

me trae el canto 

de un pájaro. 


***


Jardín infinito 

de verdes inefables

poblado de voces

como susurros.

¿Es tu canto música

de este mundo

o de un mundo 

sólo anunciado?


***


Recorres los caminos sin saber

si volverás a pisarlos.

Alegría incesante

y desgarro.



Árbol centenario:

protege mi caminar 

sobre esta tierra.

Que tus raíces sean

mis raíces,

los minerales que te alimentan

los mismos que me alimentan

a mí.

Que la fuerza de tu savia 

sea la sangre

que corre por mis venas

la luz del sol que te nutre

la misma que alumbra mis pasos.

Yo te prometo fidelidad,

honestidad y constancia.

Que mi palabra sea 

para siempre

bendecida por ti.




sábado, 2 de abril de 2022

Cesena

Ha sido largo el invierno.

Se acerca ya el calor,

la brisa de las alturas,

las caricias del mar 

al besar el tiempo de tu vida 

que ahora vibra y palpita.


 

sábado, 19 de marzo de 2022

Cadaqués

 



Cadaqués es un abismo de silencio.

Una raíz de agua que susurra y te acaricia.

Regreso a la fuente del ser.

Ritmo incesante de las olas
sobre las rocas agrestes.

Luz interior que alumbra
los rincones más oscuros.

Voces del universo que rasgan el velo
de la ignorancia de sí.

Renacer.

***

La música del universo
despliega sus alas.
Todo aquí se vuelve
más lento y veloz.

Como un aguijón tierno 
que dibuja en el alma
paisajes y constelaciones
de un tiempo imposible
un espacio invisible.

Contornos del Ser.

***

¿Qué es la belleza?

Presencia de lo invisible en el mar.

Fuerza que desnuda la imagen
y muestra un rostro 
que no se puede contemplar.

Es la voz que despierta en ti
las caricias del agua.

El anuncio de un peligro 
de inmensidad.

La alegría de un retorno
a tu origen universal. 

***

Fotografías de viento
en el ojo interior.

Es la luz que ilumina las sombras
y permite abrazarlas con dignidad.

Luces de agua en el centro del pecho
que riegan con sonrisa dulce
el tiempo de tu imaginación.

sábado, 5 de marzo de 2022

Instante


Escucho la paz

en las calles de Mantua.


Paz frágil y muda

capaz de quebrarse

al instante.


Camino en silencio

contemplando la luz

el cielo limpio y callado

que puede teñirse de rojo

y ponerse gritar

en un instante.


Cantan los pájaros 

en las ramas de los árboles.


No saben que tal vez

habrán de huir

en un instante.




viernes, 4 de marzo de 2022

Sin palabras

 


Destrucción.

Muerte.

Destrucción.


Nada lo justifica.

La tierra tiembla

de dolor. 


Ojos sin lágrimas

huyen de las imágenes 

de fuego y heridas.


La historia se repite

sin palabras

sin solución.


Todos miramos 

impotentes 

lo que se avecina.


Noches sin tiempo

y el cielo iluminado

por el ardor, 

por las heridas. 


Con lágrimas y sin palabras

se hace necesario decir,

pronunciar un grito,

estrépito silencioso

y desgarrador.


Muerte y destrucción.


Ansias de poder 

de una mente enferma y fría,

carente de humanidad. 


Sin lágrimas en los ojos

llora el corazón

al ver el frío, 

el abandono

la acogida. 


Humanidad abierta 

en condiciones inhumanas

pero con discriminación.


Somos todos humanos:

blancos, negros y amarillos.


Un silencio que grita

y no calla

aunque su voz se pierda

en el vacío. 

Meditaciones de un soñador errante (contra la violencia)

     
    Viajaba por los lugares del mundo con el corazón abierto. Su respiración se aceleraba cada vez que giraba una esquina, que dejaba atrás una avenida, que una nueva calle se le aparecía. Caminaba por las ciudades del mundo desprovisto de objetivo y con las necesidades materiales justas. Gozaba del placer que le proporcionaba el simple susurrar del viento cuando, con los pies cansados por el trayecto recorrido, se estiraba sobre la yerba de un parque y escuchaba el crujido de las hojas y las voces remotas de los niños. 
     Era domingo y las calles no estaban especialmente vacías. Había logrado dejar atrás el sopor que inundaba los domingos de su infancia en casa de sus abuelos. Ahora no pertenecía a nadie. Se pertenecía a sí mismo y a los espacios, siempre nuevos, que recorría. Contemplaba absorto los troncos enormes de los árboles del parque, cuyas raíces sobresalían de la tierra, y uno podía imaginarse descansando en ellas. ¿Era egoísmo? Tal vez lo fuera, pero no le importaba. Se trataba a toda costa de realizar el propio sueño. Ser fiel a sí mismo. Vivir. 
     Por supuesto, era consciente de que no existía una libertad absoluta. No podemos prescindir de los gobiernos. Nos gobiernan hasta cuando tomamos un café en una cafetería o compramos un billete en el metro. Pero su batalla era distinta. Se trataba de desafiar, no las leyes de los hombres, que no entendía, sino las de la gravedad y las del tiempo. Elevarse por encima de las horas y sobrevolar la hierba de los parques, el asfalto de las carreteras, el polvo de los caminos, la arena de una playa desierta. Saltar por encima de las dunas y atravesar con el corazón las nubes. Entonces realmente lo creía. Creía ser tan libre como un pájaro, duradero como una semilla. 
     Aquella mañana había tenido dos ideas, que no sabía si sería capaz de llevar a cabo. La primera era sencilla. Se le ocurrió convocar una manifestación mundial en contra no tanto del comercio de las armas como de su existencia misma. Una manifestación donde todos los ciudadanos de todas la ciudades y poblaciones del mundo que lo quisieran salieran el mismo día a la misma hora (cada uno según su propio fuso horario) a celebrar con pancartas gigantes que también nosotros tenemos voces, aunque seamos invisibles; y que no somos muchos, sino muchísimos. 
     Tiempo ha había tenido una idea similar que nunca había llevado a cabo: instaurar una Jornada Mundial del Silencio (JoMS) donde también todas las ciudades y poblaciones del mundo, durante un día, no pudieran hacer ruido de ningún tipo: ni coches, ni aviones, ni helicópteros, ni aires acondicionados, ni calefacciones, ni luces. Todo en silencio, de la medianoche a la medianoche siguiente. Naturalmente, eso sí que era imposible. 
      Sin embargo, por primera vez en su vida, acariciaba la idea de la Manifestación Mundial Contra la Existencia de las Armas en el Planeta (M.M.C.E.A.P). como una posibilidad real. Y se dormía por las noches inundado de una felicidad inmensa. La segunda idea que le rondaba por la cabeza era menos plausible, tan quimérica (sino más) como la de la Jornada Mundial del Silencio. Era precisa la creación de un Cuerpo de Bomberos Destinados a Quemar el Dinero (C.B.D.Q.D). Sí. Habéis imaginado bien. La idea se inspiraba en la mítica novela de Ray Bradbury, Fahrenheit 451, en que el autor imaginó un mundo futuro, terrible y desolador, donde los bomberos tenían por función en lugar de apagar incendios quemar todos los libros. ¿Por qué no quemar en su lugar todo el dinero del mundo?
     Imaginemos un mundo sin armas y sin dinero. No lo podemos negar: se abre ante nosotros un abismo de silencio. Imaginar un mundo sin armas y sin dinero es imaginar el no-mundo, una especie de abismo insondable, inconcebible e inefable. Pero dejemos las hipérboles aparte. Imaginemos de verdad. Algunos lo considerarían como un trágico retorno a la Edad de Piedra, a la Época del Pleistoceno. Otros, como nuestro querido soñador viajero, lo consideraría como un retorno al paraíso. 
     Obviamente hay algunas cuestiones logísticas que habría que considerar, como por ejemplo que todas las armas del mundo y todo el dinero del mundo fueran destruidos a la vez, con total equidad. Si ello fuera posible (ya sabemos que no lo es), ¿qué ocurriría? 
    El soñador errante meditaba sobre todas estas cuestiones cuando se dio cuenta de que el sol empezaba ya a ocultarse por detrás de los edificios. Miró por última vez el inmenso tronco del árbol cuyas raíces sobresalían de la tierra y sobre las que ahora yacía sentado un niño, y se levantó. 
     Aquella tarde de domingo las calles no estaban especialmente vacías. Ardía sobre las hojas de los árboles un sol de mediados de otoño y las personas que se cruzaba por la calle sonreían. Sin saber hacia dónde dirigirse, ni cuál era el siguiente paso a seguir, tomó la bolsa con el cuaderno y el par de libros que siempre lo acompañaban, y se perdió calle arriba, hacia un nuevo lugar, una nueva historia, otro destino.


Cuento escrito en Milán en el 2018 publicado en "Cuentos breves y extraños como la vida misma", 2020

sábado, 19 de febrero de 2022

Árboles. Silencios.


Hablan los árboles 
de un tiempo
que ya se ha ido.

Algo perdido
pero no olvidado.

Desnudez de cascadas en la noche
grito silencioso en las hojas
que se deslizan
mecidas al viento 
de amanecer interminable, 
sin destino.

Lloran los árboles como las hojas
que lentamente caen en otoño
y al desprenderse de las ramas
abandonan una vida
para ser otra.
 


 

lunes, 24 de enero de 2022

En casa con un gato y una mariposa

    

        Han pasado diez días desde que llegué aquí. Es un lugar acogedor y solitario. Tengo por única compañía un gato blanco. Ayer descubrí otra presencia inesperada: una mariposa nocturna que se esconde en diversos rincones de la casa. Aparece y desaparece para volver a aparecer cuando menos te lo esperas. La he invitado a salir pero no quiere. Imagino que se siente mejor en el calor del hogar. El gato vigila mi sueño todas las noches. Lo veo sentado, como un guardián, cuando en la agitación me despierto de repente. Es una presencia protectora. Tiene los ojos azules y profundos, y su mirada atraviesa los objetos como si pudiera escrutar su interioridad. Y también las personas... 
    Me he acostumbrado a estas humildes compañías. No hablamos. Pero a veces creo que nos comunicamos nuestros secretos más profundos
       Existe una suerte de calma aquí. Ha pasado la agitación de los primeros días y aceptar esta condición de encierro ha traído una gran paz. Serenidad. 
    Paso los días leyendo pasajes de la Biblia, meditando, escuchando adagios y escribiendo a máquina cartas absurdas, sin destino. Como los antiguos. Me gustan este silencio y esta quietud, aunque reconozco que en algún momento me han llegado a resultar insoportables.
       Quizá la escritura sea para mí una forma de amor. Una forma en la que darse y producir cambios internos, conocer horizontes inexplorados... Es una forma de coser las heridas que el tiempo ha inyectado en mi piel. 
        El gato duerme profundamente. A la mariposa no he vuelto a verla desde ayer.
      Se despierta de pronto en mí un deseo de volar, de elevarme hacia paisajes interiores, no por ello menos reales que los que veo en realidad. Es cierto que escuchar música estimula este proceso.  Veo un árbol amarillo en el centro de un prado. Es un árbol incendiado por los colores del otoño. En el prado no hay prácticamente nada. Un gato blanco descansa a los pies del árbol. En el cielo hay cúmulos que se recortan con nitidez. El cielo se tiñe de un color anaranjado. "Quisiera ser cuerpo, más y más cuerpo, para poder ser los colores que veo", dice una voz. Luego se escucha un ladrido per no aparece ningún perro.  
       De pronto me doy cuenta de que el gato ha ladrado. Me levanto y voy hasta la habitación. Compruebo con alivio que duerme todavía. Quizá haya visto yo lo que él ha soñado. Es difícil saberlo. Por un momento he dejado de oír la música. Ahora las notas, que cesan, me acarician los oídos y siento que pronto será posible volver a respirar. La mariposa atraviesa la puerta y se posa lentamente sobre el lomo del gato adormecido.   
     

       

sábado, 8 de enero de 2022

Redescubrir del mundo




Redescubrir el mundo 
cuando todo ha estado
 muerto y adormecido.

El vuelo de una gaviota
y el resplandor dorado
a través de los pórticos.

Redescubrir el mundo 
con ojos nuevos y brillantes
con la luz de quien persigue
un rastro de vida
alumbrado por los rayos del sol
que han rasgado la niebla.