lunes, 19 de febrero de 2018

Mi primera media maratón: correr no es competir sino aprender a conocerse



    Superada mi primera media maratón, con satisfacción y alegría, algunas reflexiones sobre la experiencia o consejos prácticos para los maratonianos:

1. No consumas toda tu energía antes de empezar a correr, aunque estés eufórico/a o pletórico/a, no te pongas a dar saltos de alegría antes de hora, de lo contrario llegarás cansado/a al punto de partida.

2.  Empieza con calma, siguiendo tu propio ritmo, atento/a a tu respiración, sin dejarte influir por la prisa de los demás.

3.  Si al principio todo el mundo te adelanta no desesperes, tienes todavía 21 un km por delante, así que no olvides el consejo de Murakami: lo importante es no caminar y llegar a la meta, así que evita ponerte en situación de tener que hacer lo uno o dejar de hacer lo otro.

4. Tomate la carrera como una posibilidad de conocerte, conocer tus propios límites, pero también recursos de ti mismo/a que no esperabas tener. 

5. Marcate un límite y procura ir siempre un poco por delante de dicho límite. Por ejemplo: los globos que indican que vas a una velocidad media de dos horas. Si tu objetivo es hacerlo en dos horas, procura ir siempre por delante de los globos que indican las dos horas y si ves que van a adelantarte, aunque estés cansado, acelera.

6. Procura mantener una sensación de ligereza, mantén la cabeza siempre alta, fíjate en los nombres de las calles, los edificios, las plazas. Si un niño te mira desde lo alto de una ventana, saluda: los dos os alegraréis con el saludo. 

7. Aprovecha los momentos de animación, música, tambores, pero no te emociones demasiado con esa apariencia festiva y aceleres mucho de golpe. 

8.  Agradéceles a los músicos la música. Es probable que en el segundo "round" la música de los músicos te anime menos que en el primero, pero no desesperes: ahora la meta está más cerca que al principio. Y no lo olvides: también los músicos llevan más de una hora esforzándose. 

9. Procura encontrar tu espacio en todo momento, no vayas con el pelotón, siente el silencio a tu alrededor y adelanta solamente en el caso de que la persona que tienes delante te quite sensación de libertad. Busca en todo momento el espacio, la ligereza y la sensación de libertad.

10. No está de más dedicarle algún pensamiento a la Virgen.

11. Aprovecha los recursos que te ofrezca el camino, pero sin detener la marcha: si aparece un vaso de agua bebe un poco, lo justo para calmar un poco la sed, y de ser posible, deja el vaso bien colocado encima de alguna mesa: te hará sentirte más centrado/a.

12. Procura sonreír. Verás que pasados los diez primeros kilómetros, especialmente a partir del kilometro 15 o 16 se hace cada vez más difícil, pero no desistas. Mira a tu alrededor, sonríe a tus compañeros, también ellos están cansados.

13. No te olvides nunca de disfrutar, pero recuerda que el sufrimiento es inevitable: tu sudor vale tanto o más que tu sonrisa. 

14.  Cuando no puedas más ten presente algo fundamental: has sufrido de modo prolongado desde hace casi dos horas, pero hay personas que sufren 24 horas al día.

15.  Es probable que los últimos quilómetros se te hagan insoportables, que te preguntes a ti mismo/a como diablos se te ha ocurrido ponerte en esta situación por voluntad propia, etc, etc. Mira a alguno/a de tus vecinos/as y verás que ellos/as están tan locos/as y agotados/as como tú. Si puedes, dales ánimos.

16.  Mientras corres, escribe mentalmente un texto como este: hacerlo te dará una visión de conjunto y se te pasará el tiempo más rápido.

17.  Los últimos minutos serán un calvario, te parecerán interminables, pero el último segundo... ¡será infinito!

18.  Si te gusta correr, prueba esta experiencia al menos una vez en la vida. Si al final no te sientes inmensamente feliz, no vuelvas a repetirla.


Buona corsa!





domingo, 11 de febrero de 2018

Sed


La sed.

Una sed casi infinita
en los labios, 
en la boca
y en la piel.

La sed.

Transformación de las células,
los músculos, los órganos,
en un agua que da sed.

La sed.

La sed que nunca se sacia
es una sed de más sed.

Sí: de sal.

La sed.