martes, 31 de mayo de 2016

Non siamo del mondo...


    Esbozo de canción compuesta este invierno... grabación muy casera y con errores, realizada a tiempo real!!


https://youtu.be/X_d4YLvQqZs

miércoles, 25 de mayo de 2016

Una pregunta y un enigma


Le pregunta el buscador al hombre sabio:

"Cuando la sabiduría no puede alcanzarse, ¿qué es mejor? ¿Un corazón ignorante (que se abstiene de buscar el conocimiento) o un corazón extraviado (que se pierde en su búsqueda)?"

Lo que el sabio le responde, sólo los burros lo saben. 


domingo, 22 de mayo de 2016

La música de Jordi Savall como cura del alma


      De las muchas virtudes que contiene y transmite la música de Jordi Savall, dos me parecen claves para la paz y el bienestar del alma: la lentitud y la distancia, condiciones de posibilidad para llevar a los oyentes a un estado de recogimiento --haciéndolos más humildes-- y restituyendo su espacio interior. Nos situamos ante una música de largo alcance, que puede hacernos próximo lo lejano y devolvernos a nuestra dimensión vertical, así como restituir el tempo natural de nuestras vidas, generalmente atribuladas. Se nos ofrece la posibilidad de recuperar un centro en nosotros que nos devuelve a lo más esencial, a lo que realmente somos. 
       Sonidos aparentemente remotos y alejados de nuestra realidad inmediata, se convierten en una clave para devolver la salud a nuestro tiempo, creando puentes de comunicación internos con otro aspecto de aquella misma realidad que no está separado de nuestros orígenes y de nuestras raíces. Los sonidos que nos hablan de la lentitud, la distancia, la humildad, y despiertan en nosotros una mayor conciencia del transcurso del tiempo, son la manifestación misma (puesto que no son simples "medios" o "representación" de otra cosa) de lo que al encontrarse en el tiempo, lo supera, de lo que precisamente por su proximidad nos permite trascender los límites estrechos de nuestra individualidad y ponernos en contacto con las realidades más simples y diáfanas del universo que nos muestra, en un nivel cotidiano y elemental, aportando la luz y la serenidad que necesitamos. Al escuchar los sonidos que son la prolongación de los instrumentos antiguos de los que proceden, nuestro pequeño mundo interior se ordena y se armoniza con el conjunto de la realidad, liberándonos así de una condición fragmentaria y disgregada que nos quita la paz e instaura la discordia entre nosotros. Recuperamos el contacto con una perspectiva más unitaria de la realidad, que no es otra distinta de la que en verdad ya vivimos, pero que el exceso de distracciones nos impide reconocer. 
    Serenidad, armonía, concordia, unidad, se hacen así posibles gracias a la atención precisa a cada una de las notas, al recorrido que se realiza, a la lentitud del tempo que en su repetición crea la distancia necesaria para permitirnos alzarnos por encima de nosotros mismos y abandonar el espacio cerrado al que estamos habituados, recuperando desde este nuevo centro no auto-centrado la conciencia de una presencia más digna en el mundo.    

miércoles, 18 de mayo de 2016

Sobre las (toxico)dependencias


     Hay muchos tipos de tóxicodependencias, ademas de las dependencias evidentes a sustancias tóxicas como el alcohol, las drogas o el tabaco; otra forma de toxicodependencias que precisamente por ser más sutiles son mucho más peligrosas. Me gustaría tratar de explicar, en estas pocas líneas, como el origen de cualquier dependencia a una sustancia tóxica, en sentido amplio, es algo que tiene que ver, sobre todo, con un modo inadecuado de relacionarse con el otro, lo que implica también relacionarse con ese otro que somos a su vez nosotros mismos. 
       Un mecanismo de dependencia aparece en el momento en el que dejamos de reconocer al otro como lo que es y lo convertimos en una proyección de nuestras propias ilusiones, sean del tipo que sean. Es una forma sutil y sibilina de anulación del otro. Lo es buscar formas de comunicación sin querer hacer el esfuerzo de atender a aquello que el otro realmente nos dice. Lo es querer que nuestra estrecha visión de la realidad se corresponda con lo que otro es, que probablemente nada tenga que ver con nuestros anhelos o ilusiones más inmediatos. 
       Podemos ser tóxicodependientes cuando buscamos fuera lo que solamente podemos encontrar dentro; cuando nos aferramos a personas, cosas, o ideas, atendiendo solamente a lo que aparentan. Una tóxicodependencia puede nacer de algo tan aparentemente incorruptible como un buen libro, si lo convertimos en objeto de nuestros caprichos, proyecciones o frivolidades del momento. Podemos ser tóxicodependientes de nuestros amigos, cuando no los dejamos respirar esperando que se ajusten a nuestras ilusiones y nuestros engaños. Salir de este mecanismo es difícilisimo, si bien otro modo de relación más sano es en realidad mucho más simple. Pero si no podemos siquiera identificarlo en nosotros mismos, con toda la carga de perversión que tiene, difícilmente podremos evitar sus consecuencias. Darse cuenta es un paso. Hacerlo, otro muy distinto. 
       Son este tipo de dependencias, y no al revés, las que desencadenan las adicciones a sustancias como las drogas, el alcohol u otro tipo de adicciones como pueden ser el juego, la televisión o incluso las redes sociales... Las religiones deberían ser un medio para liberarnos de dichas dependencias, o al menos hacerlas más conscientes. Y, de hecho, cuando las religiones son auténticas, cumplen sin duda alguna dicha función, puesto que nos ayudan a reconocer todo cuanto es ilusorio y proyectivo y nos muestran la realidad. 
            

jueves, 12 de mayo de 2016

Azar


Abro al azar el primer libro que por azar se encuentra en las estanterías justo detrás del ordenador desde el que escribo y leo:




René Guénon,  La Grande Triade,  1957

Scientia et amantia




    "Esdevenc-se, un dia, que l'ermità qui estava en Roma, segons que damunt havem dit, anà visitar los ermitans e els recluses qui eren en Roma, e atrobà que en alcunes coses havien moltes de temptacions per ço cor no sabien haver la manera qui es covenia a llur vida; e pensà que anàs a Blanquerna ermità que li faés un llibre qui fos de vida ermitana, e que per aquell llibre pogués e sabés tenir en contemplació, devoció, los altres ermitans. Estant un dia Blanquerna en oració aquell ermità venc a la cel·la de Blanquerna e pregà'l del llibre damunt dit. Molt cogità Blanquerna en qual manera faria lo llibre ni de qual matèria. 
    Estant Blanquerna en aquest pensament, en volentat li venc que es donàs fortment a adorar e contemplar Déu, per tal que en l'oració Déus li demostràs la manera e la matèria de què ell faés lo llibre. Dementre que Blanquerna plorava e adorava, e en la sobirana estremitat de ses forces havia pujada Déus sa ànima, qui el contemplava, Blanquerna se sentí eixit de manera, per la gran frevor e devoció en què era, e cogità que força d'amor no segueix manera com l'amic ama molt fortment son amat. On per açò Blanquerna fo en volentat que faés Llibre d' Amic e Amat, lo qual amic fos feel e devot crestià, e l'amat fos Déu.
    Dementre considerava en esta manera Blanquerna, ell remembrà com una vegada, com era apostoli, li recomptà un sarraí que los sarraïns han alcuns hòmens religiosos, e, enfre los altres e aquells qui són més preats enfre ells, són unes gents qui han nom "sufies'', e aquells han paraules d'amor e exemplis abreujats e qui donen a home gran devoció; e són paraules qui han mester esposició, e per l'esposició puja l'enteniment més a ensús, per lo qual pujament muntiplica e puja la volentat en devoció. On, com Blanquerna hac haüda aquesta consideració, ell proposà a fer lo llibre segons la manera damunt dita, e dix a l'ermità que se'n tornàs a Roma, e que en breu de temps li trametria, per lo diaca, lo Llibre d'Amic e Amat , per lo qual poria muntiplicar frevor e devoció en los ermitans, los quals volia enamorar de Déu."

Ramon Llull,  Llibre d'Amic e Amat

martes, 10 de mayo de 2016