jueves, 29 de diciembre de 2016

Palabras sabias para el nuevo año...



     If a man speaks many holy words but he speaks and does not, this thoughtless man cannot enjoy the life of holiness: he is like a cowherd who counts the cows of his master.

    Whereas if a man speaks but a few holy words and yet he lives the life of those words, free from passion and hate and illusion -with right vision and a mind free, craving for nothing both now and thereafter- the life of this man is a life of holiness.

The Dhammapada


sábado, 24 de diciembre de 2016

Árboles amarillos



Ha llegado el invierno
con un atardecer dorado.

Caen cálidas las luces

sobre el suelo de asfalto.

Mientras lentamente respiran
en las copas los pájaros
haces de pergamino
tejen silencios de madera
en los dedos mojados.

***

Una espiral de hogueras que crepitan
en el umbral del tiempo
y de las almas dormidas.

Despiertan los corceles del cansancio
que bajo un cielo pálido recitan
canciones que cantaban los ancianos.

Suenan medianoches de espuelas
mientras galopan hacia el tiempo del pasado
que reposa en un mar futuro
y se detiene a tu lado.

***

Ahora que el dorado del cielo
atraviesa los bosques
y el invierno
se deshace en cánticos de silencio,
escucho el crepitar de un árbol
que sin apenas decir nada
me abraza con sus ramas de eucalipto
y me hace desaparecer,
me lleva al interior de sus raíces
donde hay un centro iluminado.

***

Me miras desde tu distancia amarilla
y mis ojos reposan sobre el agua,
se deshacen en llantos de silencio
que riegan el interior de tu cuerpo
mojando los labios de vino.

Se enciende el firmamento.

Hablas del aire que no cesa
de tantas voces que galopan
de sueños plateados que despiertan
y de la música que rozas.

Pero de todo,
me quedo con lo que callas
el silbido del viento
cuando la luz se apaga
y un rumor de mar infinito
que te aguarda.

***

Basta con empezar.

Es cuestión, simplemente,
de romper lentamente el hielo.

Gotas de sangre caen sobre la arena
riegan los campos de vino
sembrando frutos deliciosos.

Y otros que no han sido tocados
por la espina de la rosa
lo beben y se deleitan
ajenos a tu sudor,
a tu sangre y a tu barro.

***

Te has ido ya.

De tantas noches de espera
caen tus lágrimas amargas.

Pero una flor
de color verde pálido
crece del interior de tus pupilas.

Es una nueva luz que te alumbra
y aligera el cansancio,
una luz que se posa en tu pecho,
morada de tu llanto.


Nota: algunos de estos poemas nacen de la lectura de Memòria de la llum, de Carles Duarte.

lunes, 19 de diciembre de 2016

Bajar

Ha bajado hasta el alma
de tu cuerpo
desde un sueño ensombrecido
para explicarte un secreto
donde campos dorados de trigo
y dunas en el desierto
se deshacen en miles de espigas
contemplando un nacimiento.

No es un niño lo que nace
es tan sólo un haz de luz
cuerpo frágil y sediento
que ilumina los caminos
y los llenará de viento.

miércoles, 14 de diciembre de 2016

Ciudades


Llegada de sombras
a las ciudades desnudas.

Se encienden las hogueras de las calles
ahora que remotamente suenan
campanas de niños ciegos a lo lejos.

Desobedecimos aquí.

En el silencio de la medianoche
desoímos el grito desde el cielo
y dejamos que las brasas del cemento
inundaran de gris nuestras ciudades
abandonando las montañas y los ríos
quedando así lentamente apagado
el murmullo de la naturaleza.




jueves, 1 de diciembre de 2016

Barcelona

        Des de la distància (a voltes privilegiada, d' altres no) que la vida m'ha concedit, veig amb joia i admiració com Barcelona s' està convertint en una mena de Platonopolis moderna, gràcies al treball i il.lusió de tantes persones que creuen en una realitat millor i han trobat els mitjans per canviar-la. Espero poder també jo posar el meu granet de sorra i col.laborar en aquesta preciosa tasca, quan sigui el moment precís. Estimo la meva ciutat!!

miércoles, 30 de noviembre de 2016

Le parole del lago



Lungo il lago la luce
cade sopra le acque.

Nella pienezza dell'instante
sorvolano le anitre
l'erba ancora matura.

C'è un tempo che riposa,
la superficie azzurra.

***

Tempo per passeggiare,
tempo per contemplare
tempo per vivere.

Dov'è il mio tempo?

***

Una quietudine azzurra
sotto il cielo invernale.

Le acque silenziose
danzano verso il nulla.

Un albero raccoglie
i suoi riflessi.

***
 
L'aria carezza il tuo corpo
oh essere immortale!
la cui faccia vedo nelle acque
il cui volto si manifesta
attraverso il verde,
nell'erba.

lunes, 28 de noviembre de 2016

Variaciones Musicales



Arvo Pärt. Fratres per violino e pianoforte


         Velocidad eléctrica del violín, en ascensos y descensos precipitados, cada vez más intensos y veloces. La gestualidad de Bosso que comunica la emoción al son de la melodía.
         El piano irrumpe indicando una pausa al frenesí. Momento de recogimiento y reflexión, como pies que caminan lentamente sobre la nieve sin dejar huella. Espacio. Pausa y espacio. Diálogo sigiloso de los instrumentos que empiezan a perseguirse. Ascensos y descensos ahora leves. La persecución se convierte en encuentro, curva y choque. Inicia una lucha entre los instrumentos, que de su enfrentamiento hacen nacer un fuego. Fuego que arde y de pronto se suaviza y se detiene. Se reanuda el diálogo con sus pausas y silencios. La armonía entre los dos hace olvidar el enfrentamiento. Lo que era combate y lucha se ha convertido en abrazo y amor. Los instrumentos, unidos, se rozan. Súbitamente reanudan la lucha como en las fuerzas de pronto desencadenadas de la naturaleza. Combaten los elementos hasta que necesitan un nuevo sosiego.
         Ahora danzan de nuevo caminando uno junto a otro, conservando una fuerza que se ha convertido en contención. Lentamente se separan, para volver a encontrarse en la armonía. Sus pausas indican los espacios que mutuamente deben respetarse, como si pudieran escucharse también los latidos y su respiración. Al unísono se apaciguan y acarician. Otra vez se aman, se besan, y lentamente se adormecen uno junto a otro hasta un nuevo silencio final.


Ezio Bosso. Sulle radici


         Un último, siempre primero y último, esfuerzo en el darse. Un silencio que habla de la grandeza de lo que no tiene ni principio ni fin. Nace desde el interior de la tierra y acoge la luz que viene desde lo alto, cada vez con mayor intensidad, lentamente, creciendo. Súbitamente se acelera y aligera, y lo que era grave y profundo se torna progresivamente volátil y grácil. Hasta que llega un momento en que gravedad, grandeza y profundidad se unen a la ligereza y a la velocidad. Un in crescendo que es fuerza hacia el interior de la tierra e impulso para elevarse hacia una altura cada vez más excelsa. Donde de la fragilidad nace la fuerza y la potencia nace de la tierra. Hasta que todo se acelera, agrava, aligera y precipita. Ríos y cascadas que velozmente se deslizan y caen en picado hacia abismos de silencio que desembocan en un océano blanco donde todo se detiene en una calma infinita. Donde todo, por fin, respira.
         Vuelve el silencio inicial, renace el diálogo mudo entre los dos. Hablan callando, es un decir que es espera y escucha, un temblor de delicadeza y de emociones contenidas. Reanudan la marcha con brío. De nuevo aparecen cascadas y ríos, fuerzas naturales que se precipitan y se entrelazan, fundiéndose en un remolino, una espiral que salta y asciende, una cascada que es ahora invertida.
         Danzan los pájaros sobre el agua, sobrevuelan las mareas los cisnes y callan extasiadas las almas. Todo se acelera y aboca hacia un salto infinito, de avances y retrocesos, de quietudes, movimientos e impulsos. Hasta que un impulso final decide el salto definitivo y la fuerza de la tierra hace que crezcan las alas veloces de un tiempo que no termina, de un espacio que se dilata y expande en el que todo tiene cabida, como el reposar de las olas del mar sobre la arena de la playa.
         De allí nace un nuevo río ahora transparente y sinuoso, en el que rayos de sol trazan sus figuras de oro y plata, entre peces de colores que se escapan, nadando contracorriente en busca de su propio origen. Saltan y saltan y saltan, y sus reflejos plateados forman de pronto un torrente de luz, que poco a poco se apacigua y da origen a un lago. Un acto de atención pura a la pausa y al ritmo, para poder aumentar la fuerza del torrente que de pronto irrumpe en la escena dejándonos mudos.

Ambas piezas son interpretadas por Ezio Bosso y Sergej Krylov. 


lunes, 14 de noviembre de 2016

To Leonard Cohen


You died
like ancient poets did
leaving behind you something more
than what you wrote.

You where
much more than just a singer
your songs and poems 
live inside so many souls.

And now you're back
to the kingdom of the masters
that keep playing melodies through time

And now your voice is shining
more than ever did
because your spirit is surrounding her.

I see you 
walking on the streets
it's late at night and in your hut
there is a light.

Your songs
are dancing in the dark
I think about Suzanne
I think of Jeanne of Arc.

And now you're back
with all those voices that are singing
beyond the history 
beyond the time.

You're still alive
and I can bet the world is hearing
the messages that you engraved on gold.

Se puede escuchar una versión muy casera de la canción en el siguiente link:

https://www.youtube.com/watch?v=U5GGWrxIIvs



jueves, 20 de octubre de 2016

Nova innocència

"La nova innocència és el regne de la llibertat. Però la llibertat vol dir l'abandó de la motivació. La motivació implica que l' objecte del motiu és el que dirigeix els nostres passos; anem cap a un fi --i, naturalment, ens sentirem defraudats si no l' aconseguim. Els motius per aconseguir fins penúltims poden ser i generalment són necessaris. Però aquí no es tracta de res de penúltim, sinó que és concomitant a cada pas. En aquest sentit cada pas és últim, perquè és definitu."

Raimon Panikkar, "La nova innocència" en Mistica, plenitud de vida, Fragmenta Editorial, p. 31

lunes, 10 de octubre de 2016

Nieve invisible


Una nieve suave
cae sobre la hierba.

No hay ningún sonido.

Y en este silencio
se escucha el murmullo
de los copos blancos
que ahora ya se posan. 

Sus cuerpos minúsculos
pronuncian un canto
transparente y mudo.

Se funde con ellos
la tierra profunda.

Impaciencia


Impaciencia,
entraste en mi casa deprisa
mientras esperaba
y tu presencia impidió la entrada
del amigo a quien anhelaba.

martes, 4 de octubre de 2016

¡Cánticos a la vida en sardo!



                                          https://www.youtube.com/watch?v=8isBHykqPU4


https://www.youtube.com/watch?v=uFirWjsw0z8&list=PLIYOL9RPWUzN4ZSkmG2-0cEmaiwM-_XtE

lunes, 3 de octubre de 2016

jueves, 15 de septiembre de 2016

El tragaluz


 Una luz blanquecina
se posa sobre la mesa negra
desde el tragaluz.

Son las doce del mediodía,
silencio en la biblioteca.

Los estudiantes,
concentrados,
sonríen.

Y una luz blanca descansa
sobre la negra mesa
mientras la lluvia llama
gota a gota, con paciencia
sobre el cristal del tragaluz.

Es tarde y la biblioteca
permanece en silencio.

Los estudiantes se han ido.

A través del tragaluz
la luz plateada
de la luna llena.

sábado, 27 de agosto de 2016

Ezio Bosso y Arvo Pärt


      Ezio Bosso y Arvo Pärt nos enseñan una misma cosa: que en música hacen falta pocas notas para crear una pieza magistral y que su repetición aparente, si se aumenta progresivamente en calidad e intensidad, hace que el sonido nazca desde un lugar que es siempre nuevo.

https://www.youtube.com/watch?v=kNWX_XWsNYY

https://www.youtube.com/watch?v=nS0FPVOU5e0


jueves, 18 de agosto de 2016

¿Quién hace o cómo se hace la historia?

Es poco, muy poco, apenas nada, lo que sabemos acerca del decurso del tiempo y de nuestro paso por esta vida. Nacemos, crecemos, algunos nos reproducimos, y nos morimos. La mayoría, acabamos ejerciendo una profesión, con un horario más o menos estable que nos proporciona una mayor o menor satisfacción, formando una familia, y más o menos asentados en una rutina que nos otorga un mínimo de orden y seguridad. Rutina sin la cual gozaríamos de tal libertad que viviríamos sumidos en el caos y nuestra existencia se tornaría probablemente tan angustiosa que difícilmente podríamos soportarlo. Vivimos sometidos a reglas y normas y gracias a esos límites, sobrevivimos ¿Pero quién hace la historia sino cada uno de nosotros en función del modo en que nos relacionamos con esas reglas y normas necesarias que nosotros mismos hemos creado? Y necesarias, lo son. Transgredirlas, si no se las tiene en cuenta y se las trata con sumo respeto, no es más que un movimiento estéril que no hace sino conducir a la dispersión. Pero esas reglas y normas son también la demarcación de un límite, de unos muros, por decirlo así, susceptibles de ser empujados con esfuerzo haciendo así posible que se amplíe nuestro horizonte de visión y que el modo de funcionar de nuestras sociedades cambie. Y es allí donde el artista, el auténtico artista, se sitúa y allí, justamente, donde se “hace” la historia.
Situarse en esos límites, es un riesgo del que  no siempre se sale ileso y que exige sacrificio, rigor, concentración y disciplina, puesto que basta salirse un poco de la línea para emborronar el cuadro. Situarse en ese límite es como recortar los contornos de  una silueta con unas tijeras y vaciar así a la invisible escultura de todos los añadidos que nos impiden verla, llámesele alma, espíritu, forma, imagen (bild), o lo que sea. Hacer “arte” por decirlo así, no es entonces más que mostrar algo que en realidad ya existe, pero que está lleno de añadidos que nos impiden ver sus contornos. Por lo tanto crear, en cierto sentido, es también “delimitar” y precisamente por ello solamente puede ser “creador” quien ha tenido el valor, o la simple necesidad imperiosa a la que se ha visto arrojado por la vida, de situarse más allá o más acá de dichos límites; lo que le proporciona una perspectiva externa, distanciada, que a su vez hace posible la visión de conjunto que lo “autoriza” a ese trabajo costoso de demarcación, delimitación de los contornos de lo que ve de un modo, hay que decirlo, intuitivo.  Por eso, tan importante es la ruptura y salida de los límites, como el retorno a ellos. La salida de los límites que supone una vuelta al caos primigenio donde el artista palpa el material necesario para su creación,  y la construcción mediante un trabajo diario, casi de forjador, de un centro que ayuda a ordenar y a concretar el caos. Y esa es seguramente la parte más meritoria y la más difícil puesto que no encontramos en ella ni el gozo que supone el hallazgo inesperado de la mina de oro, ni nos asegura tampoco que ese oro que creemos haber encontrado sea en verdad puro y tenga algún valor: ello a pesar de las horas y horas en las que uno se pelea con los muros de la mina bajo un sol de justicia.
Por eso un artista en nuestras sociedades es tan preciado, se le reconozca o no: es quien asume el riesgo de la pérdida, quien lleva consigo el dolor de un cuerpo arrojado cientos de veces contra un muro y la hiriente clarividencia que, mal canalizada, corre el peligro de arrastrarnos a la locura. Sobrevivir a todos esos peligros, salir ileso y con algo que ofrecer en las manos es, queridos amigos, casi un milagro.

                                 Maria Cucurella Miquel, 1 de enero del 2011

jueves, 11 de agosto de 2016

Del buen y el mal maestro

  
  Un mal maestro llega a un lugar desconocido y enseña. Un buen maestro llega a un lugar desconocido y aprende. Un maestro es alguien en quien enseñar y aprender casi no se distinguen. 

sábado, 30 de julio de 2016

Experiencia subacuática

           Marta se ha sumergido en el agua. Inicialmente iba a ser un baño normal: introducirse poco a poco en la superficie líquida, empezar a dar unas brazadas y, lentamente, iniciar una serie de movimientos de crol hasta realizar unas cuantas piscinas. Una vez concluidos, salir del agua, secarse y reemprender la misma operación al volver a sentir el calor.
            Pero esta vez ha sido distinto. En el momento en que se ha introducido en el agua Marta ha tomado conciencia súbita de la maravilla que supone encontrarse en el interior de este nuevo medio, ya conocido, pero que siempre puede sorprender. Se escuchaba un rumor de cigarras. Poco a poco el cuerpo se habituaba al nuevo medio, del que no siempre podemos admirarnos por culpa de la costumbre. En esta ocasión Marta se ha olvidado de que está acostumbrada a bañarse y se ha dejado sorprender por el hecho de poder arrojarse sobre su superficie y atravesarla. O permanecer en suspensión con los brazos rodeando las rodillas mientras sentía que algo, contrario a la fuerza de la gravedad, la impulsaba hacia arriba. Sin darse cuenta ha perdido el control. De pronto volvía a ser como una niña que entra, sale, se zambulle, toma aire, vuelve a sumergirse, da una voltereta y sale de nuevo a la superficie mientras contempla desde el fondo los rayos de sol. Marta ya no era la mujer de 35 años cansada de una vida estéril, sino aquella niña que jugaba durante horas en el jardín, olvidada de todos y de sí misma, escuchando el silencio que se comunica a través del murmullo del agua desde el fondo, notando la liquidez transparente en la que una se siente parte de un todo que la engloba y donde se despierta a su vez la capacidad de englobar el todo. Le parecía increíble poder ponerse del revés, en vertical, dejarse caer sin hacerse daño, nadar por debajo de la superficie realizando un movimiento con los brazos semejante al que realizarían los pájaros al cortar el aire con sus alas sobre el cielo.
            Y, de pronto, Marta se ha convertido en un embrión. Un embrión pequeñito en el vientre de su madre. Quieta. Inmóvil. Atenta solamente al ritmo de una suave respiración. Escuchando de lejos los sonidos remotos del exterior. Atenta. Expectante. Protegida y tranquila. Allí, en posición fetal, suspendida entre la superficie y el fondo, se sentía a punto de renacer de nuevo a la vida, parecía poder comenzar desde el principio como si todavía no hubiera pasado el tiempo, como si no existieran las heridas, como si no hubiera habido error. ¿Sería la muerte algo parecido? Ojalá. Un estado de libertad y no violencia. De seguridad e inseguridad al mismo tiempo, protegida por el agua que le da la vida y también insegura en una superficie que no es la habitual, a pesar de ser el medio más natural en nosotros. Ha recordado más tarde la anécdota que le explicó hace poco un amigo: que un bebé cuando nace, si se lo lanza directamente a una superficie líquida sabe nadar, mientras que si se dejan pasar unos segundos lo olvida…
            Marta ha perdido bajo el agua la conciencia del tiempo y del espacio. Ha bailado. Ha corrido. Ha nadado. Ha volado y ha cantado. Era otra, olvidada de todos y de sí misma, y era a la vez más ella misma que nunca. Sin límite espacial. Como un astronauta que acabase de colocar el pie sobre la luna y sintiese la ligereza de la falta de gravedad. Era agradable sentir el tacto frío del agua sobre la piel, notar la ausencia de límites entre ella y el espacio en el que estaba inmersa. Y sobre todo: girar, girar y girar. Colocarse del derecho y del revés. Hacer una vertical. Salir fuera, volver a girar. Nadar de todas las formas posibles. Ver su propia sombra en el fondo de la piscina. Salir y escuchar el cantar de los pájaros. Debajo, el silencio. Un silencio infinito, pero no estéril. Un silencio que le hablaba como hablan las pausas de la música en un baile contenido. Ha pensado en que le gustaría transformarse en águila, o en pez. Abandonar la contingencia y seguir dejándose llevar por ese nuevo estado de percepción. 
             Hasta que se ha cansando. Se ha dado cuenta de que todo aquello perseguía un estado de fusionalidad que era placentero pero que a su vez la alejaba de sí misma. Ha buceado una última piscina y ha salido del agua. Allí, bajo el calor tórrido del mediodía, ha sentido que su pie pisaba con más firmeza la tierra. Se sentía más ligera y más presente también. Como después de un sueño. De pronto era como si nada de todo aquello que ella había vivido de un modo tan extraordinario hubiera sucedido. Se ha secado. Se ha puesto los pantalones cortos y la camiseta. Ha recogido. Y poco a poco, en compañía de Gina que descansaba y leía, ha partido hacia un nuevo destino, renovada, pero como si nada de todo aquello hubiera sucedido.   

sábado, 23 de julio de 2016

Crolopoemas



Ascelpiones de ojos dorados
cantan selancios salados,
saldaduras de madera
con puertas y rejas abiertas
de mil flores en primavera.

Un águila ardiente en la brecha
de tantas tinturas de tierra
que lentamente esperaban
los curpuscaldos de piedra.

***

Scrituras de formentos fungientes
gentilezas de pasos ardientes
dementes en tentes de piedra
y rojas las hojas de tejas.

Cortejas, de dejas, bermejas.

Bracela de lateranciados
lanzan sus sueños saciados
en múltiples siluetas
de viejas maderas tequejas.


***

Curpulentos santilonciados
cantan sus casas huciados
por mil lágrimas de viento
que en el silencio cuasilogrado
dejaron los animascados,
danzando con mascarilentos.

***

Crantalimona la cara de sila
miraba hacia el sílex dorado
que se posaba en silencio
en el alma de un ángel osado.

***

Escaramuza zambucallida en el agua.
Zas! Zascandantando la casa
de una anilasca tridola
que de lococodrilo cremona.