lunes, 10 de noviembre de 2014

Espera


La espera cae lentamente 
entre los árboles del patio.




En la penumbra de tus sueños
vislumbras un horizonte inmaculado.

Has pensado algunas veces 
en abandonar los días.
Pero, de pronto, al caer la tarde
contemplas cómo 
se deshacen, tiernas, las hojas,
la luz dorada entre los árboles
y, de nuevo, respiras.




Entonces el tiempo ya no se dilata
ni se contrae, tampoco;
solamente el suspiro de la tarde
que como un viento acaricia
el llanto solitario de tus dedos
y una luna pálida, silenciosa
que mira.



Llegó la noche,
y la noche tendió su manto.

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