jueves, 6 de marzo de 2014

Los discípulos de Schönberg

     Me llevaron sin quererlo al barrio de Vallcarca. La jornada había sido interminable cuando apareció el cansancio, y con el cansancio lo inesperado. Al aparcar el coche y ver el nombre de la calle que se situaba a mi izquierda, callé: Bajada de Britz. Unos pasos más arriba la placa recientemente colgada. Hablamos de Cirlot en Vallcarca junto con mis dos compañeros, miembros del grupo de rock sinfónico Urban Trapeze, tras ayudarlos a recoger los instrumentos de su último concierto en el barrio del Raval, calle Carretes. Las tortillas que el actual propietario de la antigua casa de Schönberg nos invitó a cocinar con los huevos de las gallinas del jardín, constituyeron un opíparo e improvisado banquete. Gracias, maestro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario