Existe una dimensión
aquí en la tierra
tan inundada de belleza,
de infinito,
que las voces de las estrellas
parecen cantar en nuestros oídos.
Se abren espacios luminosos
llenos de cascadas,
de ríos,
donde sombras de libertad
resplandecen con alas de coraje.
Entonces veo brillar la luz azul
que llevas en tu equipaje
como un pedazo de luna
escondido entre las pupilas.
Y sientes que la Tierra
nada es
sino polvo del cielo
y que tu saludo final
es un cántico que se eleva
hacia el firmamento.
(Gracias a Yes tchem ouzoum dzerani, Lévon Minassian)