jueves, 20 de noviembre de 2025

Poemas del Castillo


Un aire helado en la llama.


Cuando las hojas del silencio

acarician las piedras del castillo

a medianoche,

luces de agua se encienden

bajo los arcos en sombra

de un tiempo que ya no está.

Puertas que se abren a medio camino

cuando creías que el cielo

se había cerrado para siempre.


Un pájaro canta.


***


El océano inmenso

ha acariciado tu rostro

con agujas de silencio.

Un cántico antiguo 

que resuena en las paredes 

de tu pecho ahora abierto 

a los secretos de la noche 

que susurra

a la madera de los árboles

que silban

a la aventura de una vida acompañada

por las luces de los astros

en la cueva.


***


Era un lugar en que el tiempo

caminaba distinto.

Un aire luminoso y transparente

acompañaba la caída de las hojas

del otoño

que dibujaban con sus manos

de horizonte

una tarde de sorpresas en el rostro.


***


Seguíamos un hilo

descosiéndonos las carnes

en la tierra.

Despedazados de mañanas

cantábamos las sombras en la noche

que quería enseñarnos sus costuras, 

sus tiritas impregnadas de la luz anaranjada

que atravesaba las heridas. 


sábado, 11 de octubre de 2025

Los frutos del dolor


Vacía de expectativas. 

Vacía de deseos.

La gracia de estar al sol,

libre, 

en el dolor


***


El cuerpo se enferma

porque nuestra alma nos pide

algo a gritos.

Algo que el cuerpo sabe

y la mente calla.

Algo que nuestra mente acalla

y que nuestro cuerpo clama.

Es un grito de dolor

de nuestra alma silenciada

que no encuentra las brechas

por las que dejar penetrar

la luz.

El cuerpo se enferma

porque nuestra alma

protesta. 

Dejémosla hablar. 

Es ella quien infringe 

una herida en el cuerpo

para que lentamente

la luz pueda entrar.


***


A veces el flujo de la vida

topa con muros espesos

cavidades rugosas 

pasadizos estrechos.

Nos obliga a romper

nuestro obstinado mutismo

la boca cosida por la rabia

de lo que no ha sido,

suicida de lo que aún podría ser.

Y en ese quebrantarse

que es un espanto frente

a la dureza

las paredes se vuelven

más blandas

casi tiernas

y comunican con sus latidos

-- o más bien anuncian--

una luz de aurora

para la oscuridad del mundo.


***


Camino por las calles del mundo

de fantasía en fantasía

dándome de bruces

contra la Realidad.

Recogiendo fragmentos esparcidos

de un espejo quebrantado

demasiado tiempo atrás.

martes, 19 de agosto de 2025

Seda


 Se han volatilizado los sueños

de cientos de cicatrices.


Cuerpos somnolientos que esperan

pacientes

bajo las luces.


Entre el cemento y los árboles

crecen rosales dorados

miradas de fuego que alumbran

deseos en la oscuridad.


¡Vuela, luciérnaga, vuela!


Resuena a veces una música, 

de estelas en el océano,

sombra de pálida espuma

el mástil apuntando hacia el cielo.


Ciñes un timón de madera,

cubierto de acero y de cuero.


Solamente tienes que abrirte:

serás agua clara y luminosa

sobre una estrella de plata.


Allí, el corazón del silencio,

revela misterios antiguos.


Sólo en el callar de tu cuerpo

besado por el espíritu

renacen tus sueños

tu alma

tus gritos. 


***


Eleva tus pasiones

hacia cúspides de agua.


Mira las derrotas en tierra,

abrázalas con tus heridas

acúnalas como si fueran

niños enfermos y huérfanos.


Acaricia las derrotas

que han apagado tus sueños.


En ellas descansa la gloria

de los descartados en vida.


El oro en los ojos de aquellos

que fracasan con dignidad.


En esos rincones oscuros

habita la humanidad perdida,

diamante escondido en las minas,

luz de la Realidad.

viernes, 15 de agosto de 2025

Poma


Imagino la luna llena iluminando con luz blanca el cielo cuajado de estrellas.
Imagino el cielo nocturno en la cima de una montaña, y la visión de los valles, a lo lejos,  con sus cabañas y sus historias infinitas.
Imagino el aire fresco en la cara y el silencio suave de la nieve encendida.
Junto a mí el calor de la mano de la persona amada, su luz interior, su universo cuajado de claridad y de música.
Y al cerrar los ojos veo la danza de los cuerpos que con su fuego transparente bailan con las luciérnagas.

***

Había una vez una sombra azul que volaba entre los tejados de las casas.
Su vuelo era luminoso y sus pupilas escrutaban la oscuridad en busca de un lugar donde detenerse a mirar la luz del alba.
Las casas estaban deshabitadas y los gatos en los tejados maullaban una canción de cuna.
Un niño acababa de nacer en el rincón de una de las casas.
Solo la madre y él respiraban en el silencio de la noche.
La sombra azul se posó en el tejado sin saberlo,
y al contemplar la luz del primer sol asomar por detrás de las montañas, se escuchó el llanto del niño acabado de dar a luz.

***

Estudio el sonido. A momentos de casi silencio y quietud siguen oleadas de rumores, como si el mar enfurecido arrojase su fuerza sobre la arena de la playa, para luego retirarse de nuevo en la inmensidad del océano. Es el vaivén de las olas de los heridos.

***

Más allá de los árboles que se recortan nítidos sobre el cielo, despunta el alba. Se oye el rumor de coches en la carretera y de grillos a lo lejos. Una luz pálida anuncia el nuevo día mientras las farolas todavía encendidas iluminan las rosas de naranja. La vida está aquí. En el momento en el que todo se detiene y podemos ver destellos de humanidad y de belleza en medio de la fragilidad.





 

lunes, 21 de julio de 2025

Manifiesto en favor de la materia en el Arte

 Volver a empezar. In medias res. Simplemente dejando que la luz del río se escurra entre los dedos como cuando en medio de la noche la luna llena irrumpe con sus rayos en el corazón del estanque tranquilo. 

Cierras los ojos, y cuando los abres el reflejo de la luz sobre el agua se ha convertido en una silueta iluminada de azul. Parece que en su espalda se insinúan sus maravillosas alas de color plateado, que lentamente se agitan intentando contener lo mismo que contiene una caja agujereada por la que ha penetrado el agua de la lluvia.

Sí. Es más difícil cuando el flujo tiene que manifestarse en palabras. Los colores, los sonidos, tienen la inmediatez de la que ésta carece. 

Pero nuestra misión es esta: hacer de la palabra luz, sonido, colores, tacto.  Porque llega un momento en que de lo único de los que se trata es de tocar y de dar forma a un cuerpo. Esculpirlo, conocerlo, recorrerlo, penetrarlo, incluso hacer que sea él mismo quien penetre la materia. 

En la música hay lenguaje, en el canto hay lenguaje, en la poesía hay lenguaje, la pintura es lenguaje, inmediatez de la materia que se imprime sobre la materia, sin conocimiento previo de un lenguaje, tal vez sólo mera exploración instintiva. 

domingo, 20 de julio de 2025

La habitación

     Estaba sentado en una habitación oscura.

    Sobre el cemento, en el silencio de los muros que acorralaban  sus sombras, había un pedazo de madera quemada.

    No recordaba como había llegado hasta allí.

    Recordaba el olor del fuego y el sabor húmedo del pino. Y observaba con ojos enloquecidos la punta del madero acabado de arder. 

    No había ni puertas ni ventanas.

    No había siquiera un tímido haz de luz con el que iluminar la estancia marchita.

    Escuchó su corazón palpitar y le pareció de repente recordar una antigua canción olvidada.

    Había dejado de sentir el hambre y la sed.

    Había dejado de sentir el tacto en la piel encendida.

    Sus ojos escrutaban la oscuridad intentando reconocer los contornos del espacio, y de pronto sintió un dolor agudo en las entrañas.

    Los latidos del corazón golpeaban cada vez cob más fuerza las paredes de la caja torácica. 

    Y entonces, sin saber de donde ni por qué, profirió un grito que retumbó en la paredes de cemento y partió su rostro en un llanto profundo. 

    El primero.

    En aquel momento volvió de nuevo su mirada hacia el suelo y al topar con la madera carbonizada  la tomó entre sus manos, se incorporó lentamente y con las rodillas hincadas en el cemento escribió sobre su superficie una palabra con la punta quemada.

    De repente, la pared situada a sus espaldas emitió un ruido plomizo y metálico, y la puerta se abrió.  

viernes, 27 de junio de 2025

Azul

 Existe una dimensión

aquí en la tierra

tan inundada de belleza, 

de infinito,

que las voces de las estrellas

parecen cantar en nuestros oídos.

Se abren espacios luminosos

llenos de cascadas, 

de ríos, 

donde sombras de libertad

resplandecen con alas de coraje.

Entonces veo brillar la luz azul 

que llevas en tu equipaje

como un pedazo de luna

escondido entre las pupilas.

Y sientes que la Tierra

nada es

sino polvo del cielo

y que tu saludo final

es un cántico que se eleva

hacia el firmamento. 


(Gracias a Yes tchem ouzoum dzerani, Lévon Minassian)

Arte?

 Perché fa tanto male

sentirsi esclusi dall'Arte

solo perché non si è fatto

di ciò una professione?

Chi dice che essere artista

sia soltanto presentarsi 

agli occhi del mondo come tale?

Ci sono artisti nascosti

che lo sono talmente tanto

nel fondo dei loro cuori

che ci darebbero la vita

anche a costo 

dell'anonimato.

Nueva Vida

Recoger pedazos esparcidos

de la vida y comprobar

cómo fragmentos de luz

claman en el silencio, 

desde una ventana 

con las cortinas corridas.

Bastaría correr el velo

para auscultar los sonidos 

despiertos de la noche,

mientras abrazos de fuego

queman los libros antiguos

cediendo el paso 

a las páginas blancas

del nuevo día.


***


No mirar atrás

ni escuchar el zumbido 

de las abejas que todavía

non han podido 

recoger la miel del invierno.

Hay fuegos que sólo

unos pocos despiertos conocen,

capaces de quemar las pupilas

de las miradas del mundo.

Ojos que te hacen pender

de una cruz, 

y que no ven que esa cruz

es la condición

para la Nueva Vida.

miércoles, 12 de marzo de 2025

Ojos que ven




¿Cuántas veces hemos oído hablar de la guerra? La guerra parece siempre lejana. La guerra es algo que les ocurre a los demás. La guerra es lo que leemos en los periódicos, vemos en las películas, en las noticias, en las novelas, en la televisión. La guerra pertenece al mundo del pasado o al de la ficción. Pero un día la guerra llama a la propia puerta. Y estoy segura de que la mayoría de vosotros, en el momento en que he pronunciado estas palabras, lo primero en lo que ha pensado ha sido en la guerra entre Russia y Ucraina, la guerra que podría llamar a nuestra puerta, más que ninguna otra.
Pero no es de esa de la que quiero hablar hoy, sino de aquella de la que no hablan ni los periódicos, ni el telediario, más que en raras ocasiones. Desde hace ya años existe en el corazón del África una guerra latente, silenciosa, en el país al que llaman, como nos explicó el obispo de Uvira después de acogernos en su casa un día de tormenta, el “diamante.” En África muchos llaman a la República Democrática del Congo “diamante” porque se trata probablemente de uno de los países más ricos no sólo de África sino del mundo entero. Y, precisamente por eso, uno de los más pobres. Desde hace poco más de un mes el M23 ha decidido pasar a la acción. Un 27 de enero, día de la memoria, día en el que parece que de nada sirva recordar los males del pasado para evitar aquellos presentes y futuros.
Por primera vez en mi vida, he sentido la guerra llamar a mi puerta. Llama cada día a la puerta de Luisa y de Antonina, las dos mujeres que con una acogida y generosidad que no olvidaré nunca, nos ofrecieron la comida de Pascua más significativa que he probado en mi vida. La Pascua del 2023. Dos años más tarde Luisa ha tenido que ver con horror como los presos escapaban de la prisión que durante tantos años ha visitado todas las semanas. Una prisión con cabida para 500 presos en la que habitaban 3000. Una prisión donde los detenidos dormían a turnos de noche, de pie, por falta de espacio. Una prisión en la que las guardias eran los mismos prisioneros y en el interior da la cual la ONU acogía en sus tiendas a los enfermos de tuberculosis a los que Luisa se aproximaba sin temor, sin haber contraído nunca la enfermedad.
Hace poco más de un mes, la semana en la que todos recordábamos a las víctimas de los campos de concentración, la prisión de Goma ardía, y con ella algunas de las mujeres que, después de haber sido violentadas, no pudieron escapar.
Esta guerra llama a mi puerta todas las mañanas, a través del teléfono móvil con el que intercambio mensajes que no pueden hacer nada más que transmitir cercanía y oración. El mismo teléfono móvil que ha sido fabricado con el coltán del que el grupo armado ruandés M23 quiere apropiarse, gracias al financiamiento de algunos países europeos y norteamericanos. Porque el M23, que debería ser una simple milicia, es un ejército tan potente como el de las Naciones Unidas, mientras que el ejército congolés es prácticamente inexistente.
La guerra llama a mi puerta sí, y lo hace desde el objeto que sin quererlo me convierte, nos convierte, en cómplices de la misma. Es una culpa de la que difícilmente podemos escapar, inmersos en una especie de dictadura tecnológica silenciosa, ya que sin estos aparatos que nos hemos encontrado en cuestión de pocos años entre las manos, estamos condenados a la exclusión. No solo de modas, grupos, amigos, sino del propio trabajo…
La guerra llama a la puerta. Aparece en la pantalla de mi móvil en forma de mensaje. Esta vez es Moïse quien me escribe desde el Hospital Saint Vincent de Bukavu, donde dos años atrás me encontraba sonriendo y abrazando a un niño desconocido, o intentando aliviar el dolor a una mujer desconocida en la sala de parto. Me ha mandado unas fotografías. Verlas unos pocos segundos ha sido suficiente para hacerme perder la concentración durante todo el día. No soy capaz de describirlas. Cuerpos heridos por la calle, restos de sangre sobre la tierra, y otras cosas que no citaré, imágenes vivas del horror. El horror que no pertenece al pasado, sino al presente, que probablemente en un futuro recordaremos como hoy recordamos el horror del pasado, y que permanece escondido y silenciado como antaño lo fueron los campos de concentración.
¿Qué hacer frente a esta guerra que está llamando a nuestra puerta, aunque hagamos todo lo posible por mantenerla escondida? No sé lo que podemos hacer. Pero sé lo que no podemos hacer: no podemos callar. No podemos simularnos ciegos. Es preciso dar visibilidad a este mal en el que estamos todos inmersos. Quizá así algún día el mundo tenga la suerte de reconocer la maravillosa luz que habita en la mirada y la sonrisa de personas como Jeff, Frank, Moïse, Jules, Charmant, Patrik, las mujeres del SAD, Luisa, Antonina… Y los millares y millares de personas que siguen cultivando la belleza y el bien en medio de los horrores del mundo.

lunes, 17 de febrero de 2025

Casa Circondariale

 El espacio de la Musicoterapia

es un espacio que cada uno se lleva consigo.

Contemplar los instrumentos

en el centro de la sala

me da una gran sensación de paz

y de apertura.

De posibilidad.

Escucho el repiquetear de la lluvia

en las ventanas.

Las voces africanas que esperan

para acoger con suavidad y calidez

a los detenidos.

Todo calla.

Y todo habla. 

El silencio de los instrumentos

enfrente de mí

me recuerda el silencio del pan y el vino

de la eucaristía.

Veo a los presos en sus celdas

al otro lado de la puerta

cerrada.

Dos mundos radicalmente separados

están a punto de entrar

en comunicación.

La espera parece infinita.

El tiempo, aquí, parece haberse

detenido.


(13 febbraio 2025)

Camminare

 Quando riusciamo a dire

le parole giuste, 

quelle che non esaltano

quelle che non umiliano

quelle che parlano della nostra dignità.

Quando camminiamo di fianco

nella pioggia

verso un destino incerto

ma chiaro come i riflessi della luce

sopra le strade bagnate.

Quando sentiamo insieme il freddo

la fatica

e diventiamo leggeri,

quasi felicità.

Felicità di riconoscersi sotto il cielo

felicita di poter finalmente camminare

senza sapere dove si va

con la fiducia nel cammino

con lo stupore di scoprirsi

camminando

di fianco l'uno all'altra

guardando uno stesso orizzonte

sconosciuto

assaporando la libertà.

Allora freddo, pioggia, fatica

diventano una casa

un rifugio sotto il cielo stellato

che non vediamo, tra le nuvole,

ma con la certezza serena e silenziosa

che esiste

e ci guarda dall'alto.


(12 febbraio 2025)

Il pianto (racconto minuscolo)

 C'era un re che piangeva e nessuno sapeva il perché. Lo faceva di nascosto e anche se quasi nessuno se ne accorgeva, Fidelio, l'unico dei suoi servi che veramente lo amava e rispettava, le chiese.

- Sua Maestà? Perché piangete?
Il Re alzo uno sguardo trasparente e infinitamente triste.
- Piango per mia figlia.
- Cosa li sucede a sua figlia, maestà? É una ragazza bella, intelligente, profonda e, inoltre, ha il dono della musica. Allora?
- Piango, caro Fidelio perché mia figlia, é vero, ha tutto questo, che dovrebbe essere lodabile agli occhi della società. E insieme a questo ha anche una grande ambizione. Ma non sa che li manca l'unica cosa che potrebbe renderla veramente felice, anche se le mancassero tutte le atre qualità.
- E quale é questa cosa che li manca, Maestà?
- Non sei capace di indovinarlo?
- No.
- Mia figlia pensa soltanto a una cosa, vuole essere grande, vuole che il suo dono sia ammirato da tutti, vuole sacrificare tutto per raggiungere il suo obiettivo.
- E temete che non lo raggiunga?
- Quello non lo temo. Chiunque consacra la sua vita intera ad una unica cosa finisce per ottenerla.
- E allora?
- Allora vedo la sua infelicità.
- Perché? 
- Perché mia figlia non ha ancora imparato ad amare, caro Fidelio.
- Volete dire che ha bisogno di un uomo, che dovrebbe sposarsi, Maestà?
- No. Non é quello che intendo. Mia figlia non é capace di volere veramente bene alle persone che ha intorno, nemmeno a sé stessa. E non ha ancora capito che anche se raggiunge tutti i suoi obiettivi senza imparare quella cosa piccola ed essenziale che é l'amore, non sarà capace di trasmettere niente di autentico valore a l'umanità. Meglio sarebbe che perdesse tutto il resto ma avesse quella unica cosa che serve a sostenere il mondo intero.
 Il Re abbassò lo sguardo e poi lo guardò di nuovo, con occhi lucidi.
- E cosa possiamo fare per aiutarla?
- Una cosa sola serve, caro Fidelio, ma questo non glielo possiamo insegnare noi. Sarà la vita stessa a mostraglielo.
- E cosa è?
- L'umiltà.
- L'umiltà?
- Ecco.
Il Re e il suo servo rimassero in silenzio fino a l'alba. Poi con l'uscita del sole ognuno tornò nella sua stanza. 
- La vita glielo mostrerà-- disse Fidelio un' ultima volta prima di partire.
Se la vita glielo mostrò oppure la principessa non riuscì mai ad imparare l'unica cosa essenziale, non é scritto nelle cronache. Per cui ci resta soltanto sperare che sia stato così.
 Così sia!

(scritto il 4 aprile 2019)

Unión

 


Una lengua de niebla
se desliza lentamente desde el sol
acariciando la raíces
de la tierra.
Con su manto azulado
todo lo cubre
excepto los últimos rayos
que se derraman sobre las copas 
de los árboles
y regalan la última luz
de la tarde
a nuestra mirada encendida.