jueves, 28 de abril de 2016

Más que palabra


Yo no soy más que palabra
que palpita en la ignorancia
de no ser, de no acertar
de tantos actos fallidos
del fracaso repetido.

Palabra que es negación
y apertura a un nuevo reino
que las obras no han cumplido,
no han realizado sus sueños.

Soy palabra derramada
que desnuda y que se calla
lentamente renaciendo
a una tierra más despierta
donde el alma se renueva.

Soy palabra de carencias
que no colman sus anhelos
de deseos que no vuelan,
realidades que se velan
sin dar con la luz certera.

Soy palabra silenciosa
quejido, lamento, derrota
que ahora celebra el misterio
de pronunciarse de nuevo
sobre estas tierras ignotas.

miércoles, 27 de abril de 2016

A contre-coeur

A contre-coeur je quitte
mes espoirs et mes désirs
maintenant que le soleil
lentement se retire.

A contre-coeur je me'n vais
je pars loin de chez vous,
de chez elle,
vers la terre inconnue
où je méconnais tous mes rêves.

Je pars loin de chez-tout
vers le ciel, vers la boue
vers les arbres, vers la neige
les nuages et le soleil
jusque là où il ne brûle plus.

J' abandonne temps et jeunesses
mystères, nuits de mes ancêtres
vers la montagne où le vent souffle
vers le désert où il n'y a rien
loin de chez-moi
loin de chez-vous.

À contre-coeur je te laisse
oh terre où je suis née!
vers, peut-être, une majeure paix
vers la fin de tous les jours
vers le silence et la mer.

lunes, 25 de abril de 2016

Venen de lluny


Dedicat a la Dona Coratjosa

Entre silencis d'angoixes contingudes
caigudes de l'abisme
i incerteses d'escuma,
espurnes de misteris sense cendra
obertures d'infinits espais que dansen
dubtes, conviccions incansables
plujes de daurades esperes.

En l'equilibri de l'instant,
espelmes de silencis que reneixen,
mirades i somriures de generositat immensa.

I en una nit clara d'estrelles,
un vent que arriba d'altres terres
on reconec l'aire de casa nostra
que de gran i llunyana
se m'ha tornat propera.


lunes, 11 de abril de 2016

Tres secuencias prosaicas


    Nieves de agosto deslizan sobre el cuerpo sus heridas. Entre mil sábanas blancas grietas de verde semilla. Mañana será otro día. Mientras los pájaros azules cantan primaveras de naranjos que descienden por las montañas. Contemplo con ternura la sonrisa suave y amarga. ¿Sabes por qué la lluvia? Porque en ella suenan estrellas y su melodía es tan pálida como el cielo antes de la nieve.

***

     Miras a la calle cuando el viento agita las cortinas. Asomaba un olmo por la ventana de la cocina. Había entrado un pájaro blanco por la puerta y la sangre de sus alas narraba una historia antigua, cuando, al caminar por el bosque, sus ojos te devolvieron tu mirada: era la luz del alba en el interior de una cámara oscura. Sombras del mediodía teñían las paredes de plata y en el fondo de la calle los pájaros sonreían.

***

       Escenas en el cemento de agua salada. Caen las gotas de lluvia sobre esta infinita calle blanca, mientras con paso ligero corta el aire aquí tu espada. De su interior brotan millones de semillas que hacen florecer las plantas en invierno y, en silencio, riegan el sol del mediodía. 
    Melodías en la calle de instrumentos de viento y de hojalata. No importa ya cómo ni adónde, tan sólo el canto del jilguero que con su pico dorado el silencio rasga. Nada más. La figura que ha depositado el agua sobre la superficie del árbol y la lluvia que se sigue deslizando y se resiste a detenerse. Como una lágrima. 


sábado, 9 de abril de 2016

Una flor en abril

       
   El silencio de las calles se abre bajo el agua de la lluvia. Entre charcos de colores la vision inmaculada de una flor que nace. Una figura dorada que contempla desde un abside. Los restos de un martir armenio que presiden la ciudad. Lagrimas de sangre se derraman sobre el vidrio. Manantiales de cantos gregorianos nos elevan a la hora del crepusculo. Una paz inefable que de nuevo nos ofrece un arco de luces infinito. Todas las necesidades han sido colmadas de forma inesperada. Solo queda el silencio de las calles, la transparencia del agua que hace espejos de la piedra, la calidez de una felicidad sin limites. 



domingo, 3 de abril de 2016

Volar sin huir


     A veces me pregunto por qué los humanos preferimos ser adulados que amados. Por qué el auténtico amor nos asusta al mostrarnos lo que somos sin esperanzas ficticias que apuntan a la mirada de los otros. Porque el amor jamás es ambiguo sino generoso, abierto y claro. Y donde la ambigüedad se impone, por bella que sea la máscara tras la cual habita, huye despavorido, el amor.
     Tras la máscara de la ambigüedad se esconde el miedo a ser descubiertos también en nuestra humanidad, que es limitada y herida, único lugar donde quizá pueda brotar un día la auténtica luz divina.
      No hay más: mirar a la cara y de frente, desde la vulnerabilidad, sin perder el valor verdadero a ojos de lo infinito. Nada más. La sonrisa que queda cuando tras los desengaños vuelves a encontrarte contigo en paz y serenidad.


Dedicado a todas aquellas personas que con inteligencia y una generosidad sin límites encuentran el modo de poner sus dones al servicio de los demás.

sábado, 2 de abril de 2016

Luces


    Hay luces que deslumbran, que despiertan en nosotros una gran agitación; luces que nos llevan a querer poseer de inmediato aquello que las suscita. Son luces semejantes a las del reflejo deslumbrante del sol sobre la superficie del agua, superficie cuyo resplandor alcanza nuestra retina pero que no es ni tan sólo metáfora de nuestra alma porque procede de un reflejo exterior. Hay luces como las del reflejo que produce el calor en la carretera, que nos parece agua, pero son simples espejismos. Hay muchos tipos de luz.
      Pero hay una luz, la más clara y diáfana, que emerge desde nuestro interior más profundo y que, desde allí, a su vez, nos alumbra. Es una luz transparente que nos ayuda a comprender el sentido de nuestra vida, que nada tiene que ver con la idea de piezas que encajan, sino con la posibilidad de dar, de darse y de acoger. Un sentido que es concepción intelectual pero no intelectualización de la vida. Un sentido semejante al de la herida de la que emana sangre y agua, agua que es luz que nutre, nos nutre: somos nutridos por esa misma luz que nace de nuestro interior profundo. Y es una luz que pacifica y serena, sin adormecer, que calma y despierta no tanto los sentidos como el sentido interior. Reconocemos en esa luz la mirada del niño que despierta a la claridad del día, sin pasado ni heridas previas, limpio de todo antes o después, recién nacido y naciendo, constante, a la vida.  

viernes, 1 de abril de 2016

Sin huida

A veces me pregunto
por qué los humanos
preferimos ser adulados
que amados.

Por qué el auténtico amor
nos asusta
al mostrarnos lo que somos
sin esperanzas ficticias
que apunten a la mirada
de los otros.

Porque el amor jamás es ambiguo
sino generoso, abierto y claro.

Y donde la ambigüedad se impone,
por bella que sea
la máscara tras la cual habita,
huye despavorido,
el amor.

Tras las máscara
del silencio ambiguo
se esconce el miedo
a ser descubiertos
también en nuestra
humanidad
que es limitada y herida
único lugar donde quizá
pueda brotar un día
la auténtica luz divina.

No hay más:
mirar a la cara y de frente
también con los ojos del cuerpo
que las lágrimas irritan
sin perder su valor verdadero
a ojos de lo infinito.

Nada más.

La sonrisa que queda cuando
tras un nuevo desengaño
vuelves a encontrarte contigo
en paz y serenidad.