El espacio de la Musicoterapia
es un espacio que cada uno se lleva consigo.
Contemplar los instrumentos
en el centro de la sala
me da una gran sensación de paz
y de apertura.
De posibilidad.
Escucho el repiquetear de la lluvia
en las ventanas.
Las voces africanas que esperan
para acoger con suavidad y calidez
a los detenidos.
Todo calla.
Y todo habla.
El silencio de los instrumentos
enfrente de mí
me recuerda el silencio del pan y el vino
de la eucaristía.
Veo a los presos en sus celdas
al otro lado de la puerta
cerrada.
Dos mundos radicalmente separados
están a punto de entrar
en comunicación.
La espera parece infinita.
El tiempo, aquí, parece haberse
detenido.
(13 febbraio 2025)
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