lunes, 5 de mayo de 2014

Volver al trueque


     Últimamente me digo cuan fantástico sería que se pudiera regresar de nuevo, como en tiempos de las tribus nómadas, a una economía basada en el intercambio, al trueque, donde nada tuviera un valor absoluto sino que el valor de cada cosa dependiera de las necesidades de cada uno. Es una utopía, pero me parece mucho más realista que si yo no tengo dinero para comer y mucha hambre pero puedo componer un poema o tocar una canción, tú puedas ofrecerme un plato de comida a cambio de un poema o de una canción. O que si me sobran tomates porque tengo una tomatera en el jardín de casa pero no tengo dinero para comparar pan, tomemos juntos al sol una buena rebanada de pan con tomate mientras me explicas cómo va el cultivo del trigo este año. Es poco realista, es cierto, sobre todo teniendo en cuenta cómo aquella economía remota ha desembocado inevitablemente en el capitalismo actual. Pero tal vez sea posible a pequeña escala .

     En Camprodon, el pueblecito a donde me he trasladado recientemente, parece posible vivir así. Aquí, si se tienen pocos recursos económicos, es fácil conseguir, no dinero, pero sí comida y alojamiento prácticamente gratuitos a cambio de ofrecer lo poco que se tenga, mientras se haga con confianza y generosidad.  
      Volver a una economía de subsistencia donde nuestro trabajo consista no en vender lo que hacemos si no en dar lo que somos, a cambio de lo justo para sobrevivir, como la palabra indica, es incluso más que vivir a secas. ¡Buena suerte!

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