Arden las copas de los árboles
en el frío de la mañana.
El agua del lago
tranquila.
Tan sólo un resplandor dorado
alumbra los peces que asoman
a su superficie.
De vez en cuando.
***
Rojo y amarillo claman
un canto silencioso
Y lo oídos,
tiernos como este musgo que pisamos
despliegan sus alas de blanco.
***
Tantas son las hojas que caen del cielo
que es imposible contarlas.
Y cuanto más miramos
el color de la lluvia en un día de sol
más cuenta nos damos
de que el silencio
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