sábado, 12 de agosto de 2017

Archirealismo


    Lágrimas blancas sobre la tierra húmeda. En el silencio de la medianoche, una constelación de sonidos que murmuran cánticos antiguos desde el corazón de la ciudad. Hay en el centro del jardín un grupo de palmeras silenciosas que escuchan el rumor de la tierra. Contemplo las flores abiertas sobre el muro. Alguien ha llamado a la puerta al observar que tu sonrisa por un momento se detenía y que desde el interior de una mañana de noviembre cantabas a la medianoche un poema que tal vez aprendiste tiempo atrás. A veces te preguntas qué sentido tiene la espera y te respondes que el único sentido es el de componer una canción de cuna que haga más llevadero tu transcurrir por el tiempo del mundo. Pero las paredes son duras y el tiempo es largo y fatigoso bajo el sol. Se esconden las lagartijas entre las piedras y los arbustos. Y el momento en que se abren las compuertas de una historia que no crees haber vivido tú, se abre bajo tus pies un abismo de silencio y locura, abocándote al sinsentido y al dolor.

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