Llegada de sombras
a las ciudades desnudas.
Se encienden las hogueras de las calles
ahora que remotamente suenan
campanas de niños ciegos a lo lejos.
Desobedecimos aquí.
En el silencio de la medianoche
desoímos el grito desde el cielo
y dejamos que las brasas del cemento
inundaran de gris nuestras ciudades
abandonando las montañas y los ríos
quedando así lentamente apagado
el murmullo de la naturaleza.
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