Silencio en Sassoleone. Rumores en las colinas. La voz de un rayo de fuego irrumpe en la noche, un relámpago anuncia la lluvia. Su rostro surcado de sol y su voz portadora de heridas. Las gotas que limpian las lágrimas, lloran las fotografías. Grito del confín en la noche, dulce humanidad que susurra. Han aparecido los dioses, cantando bajo las nubes. Se marchan tal como vienen y dejan tan sólo el silbido del viento en las ramas y el fuego de una hoguera viva.
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