Desde hace relativamente poco, cada día que pasa soy más feliz. Es algo que nunca había experimentado y que jamás hubiera creído posible. Pero es real.
Es muy sencillo: he abandonado las cosas superfluas, o que no considero esenciales para mí, y me dedico a hacer aquello que realmente quiero, que coincide con lo que realmente debo. Necesito muy poco, pero ese poco que necesito lo necesito total, profundamente.
No me importa si hace frío o calor, si sale el sol, llueve o nieva. Basta que cumpla con mi deber cotidiano y que lo haga con atención. Y cada día soy un poco más libre.
Hoy cumplo 37 años y no me lamento de tantos errores cometidos. También ellos tienen sentido. La oportunidad para vivir y empezar de cero se encuentra en cada instante. Toda tu vida está contenida en este instante.
Siento un profundo agradecimiento a la vida.
FELIZ PRIMAVERA.
No hay comentarios:
Publicar un comentario