sábado, 11 de noviembre de 2017

El visitante nocturno


Ha llamado a la puerta
en el viento tibio de la noche.

Sus contornos se dibujan 
y vuelan palomas blancas
más alla del horizonte.

Sobre la silla vacía
flotan las sábanas limpias
secas por la brisa
que ha entrado por la ventana.

Y el abuelo recostado 
sobre el sofá verde oscuro
pesa el curso de las horas
con el humo de su pipa.

Juega en el jardín su nieto
y nadie se escandaliza
del paso del visitante,
y la madera que crepita.

Es tarde,
pero arde aun el fuego
aquí dentro.






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