Copos de nieve amarilla
caen de los arboles secos
y enjambres de golondrinas
atraviesan, ciegas, el cielo.
Junto a Palazzo Ducale
a la sombra del viento esperamos
una quietud suave de angel
a punto de devorarnos.
Soles que hieren el lago
despiertan a medianoche
en una sequedad de agua
que clama la sed del lagarto.
La sombra de un rayo dorado
se posa en tu oscuridad.
Se abre tu fuego
y el llanto
muestra tu majestuosidad.
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