Sumisos ante nuestras propias
sombras
Olvidamos con demasiada frecuencia
Inclinar la cabeza hacia la luz.
Y volvemos el rostro
Siempre en el momento impreciso
En que la luz que hay en nosotros
Podría también arrojar luz
Sobre el amigo que nos alumbra.Nota: el hombre es el único animal que tropieza más de 1000 veces con la misma piedra... habrá que comprarse otro burro!
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