Lo maravilloso del jazz es aquello que habita en su sombra, los matices que impiden toda mecanica o repeticion, el intersticio inasible entre las notas, la fineza de su indefinicion...
El jazz es libre porque da voz a la sombra, dibuja las notas ocultas y las expone a la luz, mostrando la belleza imposible de su silencio secreto. Como el amor.