Redescubrir el mundo
cuando todo ha estado
muerto y adormecido.
El vuelo de una gaviota
y el resplandor dorado
a través de los pórticos.
Redescubrir el mundo
con ojos nuevos y brillantes
con la luz de quien persigue
un rastro de vida
alumbrado por los rayos del sol
que han rasgado la niebla.
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