Quiero vivir ahora
la vida que no he vivido
vivirla antes de la hora
no tan lejana,
en que los ojos se cerrarán
sin poder ver
la luz del mundo
y mis oídos dejarán
de escuchar el sonido
de los ríos.
Quiero ver esas nubes
que pasan,
tocarlas con la piel ardiente
y besar la brisa en la cara,
abrazar las raíces del árbol
que crece y siente.
Quiero notar la savia
y saborear los frutos
cubrirme con hojas secas
en otoño
habiendo gustado
al menos por una vez
su agua.
(escrito en la tarde del 14 de mayo)
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